Estaba la pájara pinta sentada en un verde limón, con el pico cortaba la rama, con la rama cortaba la flor… por Mónica Álvarez (Extracto)
En las rondas infantiles y los juegos tradicionales los niños se toman de la mano formando una ronda, giran y cantan con la alegría que provocan el canto y el juego. A través del juego empiezan a conocer el mundo que los rodea, es el puente para relacionarse con los otros.
Un niño de edad preescolar debe jugar y cantar, mediante estas actividades puede aprender a relacionarse, desarrollar hábitos de aseo, de trabajo, aprender a ser ordenado, a esperar su turno, a compartir, a ser grato con los demás, cosas básicas para toda su vida.
Las rondas infantiles y el juego, no sólo dan alegría, como parte fundamental en su trabajo cotidiano, sino que fortalecen destrezas, habilidades, valores y actitudes que son muy necesarios para el desarrollo integral de un niño, sobre todo en los primeros siete años de vida.
EXPRESIÓN CORPORAL:
Las rondas permiten que los niños conozcan su esquema corporal, lo interioricen. Cuando los niños giran, cruzan, caminan de lado, dan una media vuelta y una vuelta entera, están realizando movimientos que exigen equilibrio, coordinación psicomotriz. Al formar una ronda aprenden a relacionar su cuerpo con el espacio físico, a ubicarse, guardar distancia.Cuando camina de lado haciendo una ronda, al cruzar la pierna derecha por encima de la izquierda, al girar hacia la derecha, al girar a la izquierda, está reforzando su noción de lateralidad en relación con su propio cuerpo y con el de los compañeros.
EXPRESIÓN ORAL:
Al cantar, reír y jugar en las rondas el niño expresa de modo espontáneo sus emociones, vivencias, sentimientos e ideas, a la vez que se familiariza con los juegos y rondas tradicionales de su entorno.
En las rondas infantiles y los juegos tradicionales los niños se toman de la mano formando una ronda, giran y cantan con la alegría que provocan el canto y el juego. A través del juego empiezan a conocer el mundo que los rodea, es el puente para relacionarse con los otros.
Un niño de edad preescolar debe jugar y cantar, mediante estas actividades puede aprender a relacionarse, desarrollar hábitos de aseo, de trabajo, aprender a ser ordenado, a esperar su turno, a compartir, a ser grato con los demás, cosas básicas para toda su vida.
Las rondas infantiles y el juego, no sólo dan alegría, como parte fundamental en su trabajo cotidiano, sino que fortalecen destrezas, habilidades, valores y actitudes que son muy necesarios para el desarrollo integral de un niño, sobre todo en los primeros siete años de vida.
EXPRESIÓN CORPORAL:
Las rondas permiten que los niños conozcan su esquema corporal, lo interioricen. Cuando los niños giran, cruzan, caminan de lado, dan una media vuelta y una vuelta entera, están realizando movimientos que exigen equilibrio, coordinación psicomotriz. Al formar una ronda aprenden a relacionar su cuerpo con el espacio físico, a ubicarse, guardar distancia.Cuando camina de lado haciendo una ronda, al cruzar la pierna derecha por encima de la izquierda, al girar hacia la derecha, al girar a la izquierda, está reforzando su noción de lateralidad en relación con su propio cuerpo y con el de los compañeros.
EXPRESIÓN ORAL:
Al cantar, reír y jugar en las rondas el niño expresa de modo espontáneo sus emociones, vivencias, sentimientos e ideas, a la vez que se familiariza con los juegos y rondas tradicionales de su entorno.
EXPRESIÓN MUSICAL:
Al cantar y mover su cuerpo siguiendo sonidos y ritmos, con pausas y contrastes, el niño desarrolla su aptitud rítmica. El ritmo permite ejecutar danzas, juegos, canciones, e incluso expresarse rítmicamente en el lenguaje oral, que luego será escrito. El ritmo estará presente en el aprendizaje de la lecto-escritura, cuando separe sílabas, cuando forme palabras, cuando reconozca las sílabas tónicas.
IDENTIDAD, AUTONOMÍA PERSONAL Y DESARROLLO SOCIAL:
En las rondas y juegos tradicionales, cuando “salva” a sus compañeros, cuando espera su turno para representar al lobo, al mago, etc. el niño está practicando normas de relación y convivencia, a compartir sus juegos con todos, a no discriminar, a ser paciente con los más pequeños, con los que no corren tan rápido. Aprende a amar a los demás, porque con ellos ha jugado y reído.
En las rondas y juegos el niño adquiere confianza y seguridad en sí mismo, se va conociendo, acepta sus propios fracasos, aprende a perder, aprende a vivir.
Publicado por María Eugenia Aponte Soler en GIPEM (http://gipemred.ning.com/profiles/blogs/rondas-y-juegos-tradicionales)
Al cantar y mover su cuerpo siguiendo sonidos y ritmos, con pausas y contrastes, el niño desarrolla su aptitud rítmica. El ritmo permite ejecutar danzas, juegos, canciones, e incluso expresarse rítmicamente en el lenguaje oral, que luego será escrito. El ritmo estará presente en el aprendizaje de la lecto-escritura, cuando separe sílabas, cuando forme palabras, cuando reconozca las sílabas tónicas.
IDENTIDAD, AUTONOMÍA PERSONAL Y DESARROLLO SOCIAL:
En las rondas y juegos tradicionales, cuando “salva” a sus compañeros, cuando espera su turno para representar al lobo, al mago, etc. el niño está practicando normas de relación y convivencia, a compartir sus juegos con todos, a no discriminar, a ser paciente con los más pequeños, con los que no corren tan rápido. Aprende a amar a los demás, porque con ellos ha jugado y reído.
En las rondas y juegos el niño adquiere confianza y seguridad en sí mismo, se va conociendo, acepta sus propios fracasos, aprende a perder, aprende a vivir.
Publicado por María Eugenia Aponte Soler en GIPEM (http://gipemred.ning.com/profiles/blogs/rondas-y-juegos-tradicionales)
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